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UN EXTRAÑO CAMBIO

¿Cuántas serían? Diez, en una hora. El miedo acorrala mis otros sentidos, mi palpitar se intensifica; intento averiguar el futuro en el reflejo de los cristales alargados al otro lado de la cama. Me encuentro tumbada, en el suelo; se estremezco. Quiero sentir la calma poseída minutos atrás. Extrañas vienen a mi cabeza y se arremolinan; un clic eléctrico; el sonido de más patrullas; el brillo del celular, y un vídeo reproduciéndose, una manifestación en la Macroplaza. No quiero pensar cómo será cuando vuelva a la Ciudad de México, pero no me niego a hacerlo, imprudente sería no razonar sobre estos hechos.

Esbozo, sobre mi libreta, el dibujo de un personaje cabizbajo sin nombre, líneas libres dan forma a sus ojos grandes y solemnes, una mueca seria, delgados labios; en la hoja como acompañamiento se encuentran números sustituyendo fórmulas. Mis manos se detienen, se apartan de la libreta para teclear un mensaje en la pantalla.

Música comienza a embriagarme, cada nota un sabor único, un resplandeciente color; formando sombras en las blanquecinas paredes, danzando en formas abstractas algunas, las restantes como abanicos remando en el agua salada que empapa mis ojos, se incrustran en ambas pupilas, repentinamente se transforman en carpas; mi iris se desmorona mientras las piezas resbalan en las pestañas; se cierran, la micro llama ha nacido, el sabor a chamuscado traspasa mi garganta, se retuerce por debajo de mi lengua, ablanda los dientes, los rígidos labios los tambalean.

Sacudo una escoba sobre mi cabeza, luego toco mi cabello ondulado que desaparece para convertirse en fragancia a mango. Las puntas de mis dedos se infiltran hacia mi neocórtex, en ese instante se vuelven delicados cables y éstos, a su vez, en fibras, hasta que explotan en neuronas, pueden desplazarse, hacen cabida en la red neuronal.

Neurona Por Ordnajela Zenitram (Trabajo propio)

Mis dedos se han transmutado, la muñeca está sola; el miedo se ha esfumando; la música se ha apagado. Hay un ardor en la punta de la lengua y un frío sobre los parpados. Puedo levantarme, la mujer del papel ahora soy yo.

TODO ES UNA FORMA DE ENERGÍA
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